Me encanta la avena, es de esas cosas que pasa como con la tónica, o con Joaquín Sabina, que la primera vez es como que no y a fuerza de probar se queda contigo para siempre, anda, que…, vaya ejemplos. Bueno el caso es que mi desayuno se compone unos días de avena, otros de tostadas, galletas y algún que otro día también un capricho ¿por qué no?, bueno, el caso es que llevo un tiempo buscando la galleta perfecta, que sea integral, lo más sana posible y sobre todo que no quede bizcochona, es decir que cruja a cada mordisco. Y siiii, aquí está, desde hoy esta es mi galleta de diario.
¿Vamos con la receta?
Necesitamos los siguientes ingredientes
180g de copos de aven
300 g de harina de espelta integral
180 g de aceite de oliva suave
Una cucharilla de vainilla
Un pizco de sal
180 g de azúcar moreno
100 g de leche
Una cucharilla de levadura.

Así las preparamos…
Trituramos los copos de avena ligeramente, ojo, no tenemos que pasarnos, que no queremos que se hagan harina.
En un bol ponemos los copos de avena triturados, la harina de espelta, la levadura, el azúcar y el pizco de sal. Mezclamos y formamos un volcán.
En el interior ponemos los ingredientes líquidos: la leche y el aceite.
Removemos hasta integrar. Queda una masa muy quebradiza que no nos va a permitir extender con rodillo, no pasa nada, es así.
Ponemos un trozo de papel film en la encimera y volcamos la masa. Formamos un rollo apretando bien, e introducimos en la nevera un mínimo de media hora.
Sacamos del rollo y cortamos con un cuchillo bien afilado a tu gusto.
Otra forma de prepararlas es formar una bola, tapar con papel film, llevar al frío como con las anteriores y después ir tomando pequeñas porciones, aplastarlas con la mano y cortarlas con un cortador, como preparamos los polvorones o mantecados en navidad. Así las he preparado.
Las he preparado gorditas, ponemos sobre papel de horno y horneamos a 200 grados, hasta que están doradas. Tardan unos 18/20 dependiendo del horno.
A parte de la masa le he añadido unas gotas de chocolate, también muy ricas.