En esta ocasión me voy a transportar a Italia, un país del cual estaba enamorada antes de visitar y cuando estuvimos el verano pasado, me acabo de volver loquita por completo. La hospitalidad y cercania de su gente, su idioma, cultura, los paisajes, la sensación de ver como el mundo se detiene, su café, buffff, su gastronomía con esos postres y helados….madre mía, no veo el lugar para volver.
Así que mi entrada de hoy es un abrazo a esa tierra que tanto me gusta y no está pasando por su mejor momento. He preparado un dulce típico de carnaval y para ello me he ido al blog de Benedetta un lugar en el que encontrareis fantásticas recetas de cocina. Aunque he modificado alguna cosilla, básicamente es la misma.
Ingredientes
600 g de harina de media fuerza
20 g de levadura prensada.
Un yogurt de 125 g
200 g de leche
120 g de azúcar
80 g de aceite de girasol, ralladura de un limón.
Una cucharilla de vainilla un pizco de sal.
Aceite para freir y azucar para espolvorear.

En un bol mezclamos la leche con la levadura desleida, el yogurt, el aceite, la sal, la vainilla, y la ralladura del limón.
Vamos incorporamos la harina hasta formar una masa. Trabajamos hasta obtener una masa elástica. Dependiendo del tipo de harina podemos necesitar una poca más.
Ponemos en un recipiente y dejamos levar hasta que doble el volumen.

Enharinamos la mesa y estiramos con un rodillo hasta obtener un espesor de 1,5 cm.
Cortamos con un aro y el agujero del centro lo podemos hacer con un descorazonador de manzanas. Cortamos cuadrados de papel de horno del tamaño de nuestros roscos y los vamos colocando, dejamos levar de nuevo.

Ponemos abundate aceite en una sartén y cuando esté caliente (sin que llegue a humear) vamos echando los roscos, con papel, que se lo retiramos cuando se despegue, dejamos jnos minutos por cada lado y sacamos sobre un plato con papel absorbente.
Una vez que han escurrido del aceite, los rebozamos con azúcar y colocamos en una fuente.
Dejamos enfriar y a disfrutar.